BARRANCO DEL RÍO DULCE (GUADALAJARA)

Ruta realizada entre el 27 y el 29 de octubre de 2012

Pelegrina

ACCESOS A LA RUTA

Aragosa y Mandayona tienen rápido acceso por la carretera de Barcelona (N-II), desviándose por la CM-1101 (antigua C-204) en dirección a Sigüenza.






INFORMACIÓN DEL RECORRIDO

Ruta no circular.
Distancia: 14 kms. Se puede iniciar también desde Mandayona, añadiendo entonces 4 kms. más al recorrido.
Tiempo aproximado: 3 h. 15 minutos (sólo ida). Desde Mandayona 4 h. 15 m.
Con 2 vehículos, se puede dejar uno en Pelegrina y otro en Aragosa, para que la ruta sea más corta. En ambas poblaciones hay zona de parking en sus entradas respectivas.
Dificultad: baja. Recorrido prácticamente llano. El camino es pista ancha de tierra, salvo entre Pelegrina y el final de la hoz, donde se convierte en sendero.
Agua: en los pueblos (Mandayona, Aragosa, La Cabrera ó Pelegrina).
Clima las alamedas ofrecen sombra en verano y un espectáculo de color en otoño y principios de primavera, épocas recomendadas para hacer esta ruta.
Ruta apta para hacer en bicicleta
En bicicleta: el recorrido entre Mandayona y Pelegrina es perfectamente transitable en bicicleta. Desde Pelegrina hasta el final de la hoz de su mismo nombre el camino se convierte en sendero más estrecho y más complicado para la bicicleta.


DESCRIPCIÓN

Hemos pasado momentos muy gratos paseando las alamedas del río Dulce: un río éste, afluente del Henares, que, a pocos kilómetros al sur de Sigüenza, hiende las parameras de los confines de la Alcarria en una sucesión de hoces o gargantas en cuyo fondo yacen olvidadas del siglo las aldeas de Aragosa, La Cabrera y Pelegrina.

Congosto
Desde el villorrio de Aragosa, que queda a medio camino entre la carretera N-II y Sigüenza, vamos a echarnos a andar río arriba por la prolongación de la calle principal, siguiendo una pista de tierra que rebasa pronto el camposanto y discurre a la sombra de plantaciones lineales de álamos negros, cuya madera se aprovecha para fabricar papel. A media hora escasa del inicio, nos adentraremos en un congosto delimitado por paredes verticales de roca caliza.
Aragosa
Río Dulce



Río Dulce en La Cabrera
Poco después enhebraremos el caserío de los Heros y, cumplida  una hora y 45 minutos de marcha, llegaremos a La Cabrera, un pueblecito que sólo registra la actividad de una piscifactoría –donde las truchas se crían en las linfas dulces y carbonatadas de un vecino manadero–, pero que hasta hace poco fue animado jalón de la Cañada Real Soriana Oriental, por la que ovejas y pastores pasaban (y ustedes disculpen) apretando el culo.



La razón de que así lo hicieran es que, a mediados de los años setenta del pasado siglo, el naturalista Félix Rodríguez de la Fuente eligió un paraje situado poco más arriba –la llamada hoz de Pelegrina, que luego veremos– para rodar algunos de los capítulos de su 'Fauna ibérica'. Por aquel entonces, la trashumancia estaba ya de capa caída, pero aun así, los últimos pastores debieron de llevarse las manos a la boina al enterarse de que cerca andaba Félix bailando con lobos. ¡El atávico enemigo, actuando cual corderito de Norit en plena cañada! ¡Cosas veredes, Sancho!, exclamarían los más leídos.


Cruzando el río en La Cabrera por un puente de piedra, y volviéndolo a cruzar por un vado que se presenta no más pasar el pueblo, proseguiremos por la margen derecha del Dulce, al que ahora veremos culebrear por una dilatada vega, salpicada de panes y encinas. En otra hora arribaremos a Pelegrina. Aupada está esta aldea sobre un cerro picudo, con las ruinas de su castillo roquero –antaño lugar de vacación de los obispos de Sigüenza– y su iglesuela del siglo XII, de hermosa portada románica.


Pelegrina


Aquí da comienzo la hoz más espectacular del Dulce. Remontando el río se llega hasta el final de la pista entre álamos, sauces, cerezos, nogales y paredones verticales. Al cabo del camino, se impone vadear de nuevo el río para admirar, a mano derecha, el encajadísimo curso de su afluente el barranco Gollorio. Si hubiera llovido, lo veremos precipitarse en una bella cascada, otra de las dulces sorpresas de este confín de la Alcarria.


Hoz de Pelegrina



Pelegrina










Desde aquí la vuelta hacia Peregrina se hace por el otro margen del río, sin mayor dificultad que un tramo de escasos 5 metros de cadena para evitar resbalones por el roquedo calizo. Los buitres en esta zona pasan a escasos metros de nuestras cabezas enseñando sin mayor problema la ubicación de sus nidos.

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